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miércoles, 23 de abril de 2014

Cannabis y daños cerebrales

Un estudio de la Universidad de Northwestern revela que incluso el uso ocasional de marihuana provoca trastornos en el cerebro.

Cuando la popularidad de la marihuana parece no dejar de extenderse, un estudio de la Universidad Northwestern señala que el consumo de cannabis provoca cambios considerables en el cerebro incluso de aquellos que la fuman de vez en cuando.
Publicado en la prestigiada revista The Journal of Neuroscience, el estudio revela que el consumo de marihuana provoca anomalías considerables en regiones del cerebro que tienen que ver con la motivación y las emociones.
El estudio cuestiona la idea popular de que fumar marihuana de vez en cuando no tiene consecuencias para la salud.
El estudio se llevó a cabo entre 20 fumadores de marihuana y 20 no fumadores entre las edades de 18 y 25 años durante tres meses.
Los resultados revelan que incluso aquellos fumadores que la consumieron ocasionalmente mostraron un impacto en zonas del cerebro asociadas con las emociones.
El científico Hans Breiter, de la Universidad Northwestern, señaló que mucha gente considera que el consumo recreativo de marihuana no ocasiona problemas.
“La gente piensa que un poco de uso recreativo no debe causar ningún problema, si alguien está haciendo bien su trabajo o le está yendo bien en la escuela. Pero los datos obtenidos muestran directamente que esto no es el caso”, afirma Breiter citado por el portal científico Science Newsline.
Aproximadamente 19 millones de estadounidenses fuman marihuana, según la Encuesta Nacional sobre Uso de Narcóticos. Además, la legalización y despenalización de la marihuana en varios estados refleja una actitud cambiante respecto a esta droga.
Según el estudio, la marihuana tiene un efecto sobre una zona del cerebro denominada núcleo accumbens, que controla el placer y el aprendizaje por esfuerzo.
Para los fumadores de cannabis, las recompensas naturales –como la comida y el sexo– dejan de ser tan atractivas porque drogas como la marihuana liberan más dopamina, según el estudio. 
La dopamina es una sustancia química que tiene que ver con el placer que se genera en el cerebro.
Este es el primer estudio que muestra que el uso recreativo de marihuana podría estar ligado a cambio estructruales en el cerebro. 

domingo, 12 de enero de 2014

Aumenta el consumo de cannabis y cocaína entre los jóvenes

Un informe del Procurador del Común considera que las drogas más consumidas por los estudiantes de 14 a 18 años siguen siendo el alcohol, el tabaco y el cannabis. Un 75% ha tomado bebidas alcohólicas alguna vez en la vida, un 39% ha probado el tabaco y un 33% el cannabis


El Procurador del Común de Castilla y León ha realizado un estudio con la finalidad de ofrecer una visión aproximada de la realidad existente en la Comunidad Autónoma sobre la extensión del consumo de drogas ilegales entre la población menor de edad. Además, aboga por hacer una reflexión sobre la respuesta institucional ofrecida hasta el momento y proporcionar algunas pautas de actuación, en función de los avances experimentados, que contribuyan a la prevención de dicho consumo en la adolescencia y juventud.
 
El informe considera que las drogas más consumidas por los estudiantes de 14 a 18 años siguen siendo el alcohol, el tabaco y el cannabis. Un 75% ha tomado bebidas alcohólicas alguna vez en la vida, un 39% ha probado el tabaco y un 33% el cannabis. La proporción de consumidores de esta última sustancia (es decir, aquellos que las han consumido en los 30 días previos a la entrevista) es del 17%. 
 
El consumo del resto de sustancias (cocaína, éxtasis, alucinógenos, anfetaminas, inhalables volátiles, heroína…) es mucho más minoritario, situándose entre el 1% y el 3% los estudiantes que las han probado alguna vez y entre el 0,5% y el 1,5% los que muestran un consumo actual (últimos 30 días). La proporción de estudiantes que han tomado alguna vez tranquilizantes es de un 18%, y la de los que los han tomado sin receta de un 10%. Su consumo se sitúa en un 5 y un 3%, respectivamente. 
 
En relación con la edad media de inicio en el consumo de drogas, los estudiantes de Enseñanzas Secundarias de 14 a 18 años comienzan a consumir drogas a una edad temprana. Las sustancias que se empiezan a consumir más tempranamente son el tabaco, el alcohol y los inhalables volátiles (en este caso por una minoría), cuyas edades medias de inicio se sitúan entre los 13 y los 14 años. Le siguen la 
heroína, los tranquilizantes o pastillas para dormir y el cannabis (14,4, 14,4 y 14,7 años, respectivamente). La cocaína, el éxtasis, los alucinógenos y las anfetaminas fueron las sustancias que se empezaron consumir a una edad más tardía (14,9, 15,3, 15,4 y 15,5 años, respectivamente). 
 
El cannabis, ‘tercera droga legal’
 
Si bien el consumo de heroína ha llegado a decrecer de forma estable, el consumo de otras drogas como el cannabis, los hipnosedantes sin receta, la cocaína y los alucinógenos adquiere relevancia entre la población juvenil. Pero en la actualidad es el cannabis el que se ha convertido, por sus niveles de consumo, en la ‘tercera droga legal’ en esta Comunidad, con un porcentaje del 25% (un 76% corresponde al consumo de bebidas alcohólicas y un 33% al tabaco). 
 
La edad de inicio en el consumo de esta droga se sitúa alrededor de los 14 años en Castilla y León, y crece de un modo muy considerable con la edad. A los 14 años el 14% de los estudiantes ha consumido cannabis alguna vez en la vida y el 7% en el último mes. Mientras que a los 18 años esos porcentajes se elevan hasta el 46% y el 22%, respectivamente. Las edades críticas en la expansión del consumo de cannabis son de los 15 a los 17 años. 
 
Aunque los consumos de alucinógenos, cocaína, anfetaminas/speed, drogas de síntesis, tranquilizantes sin receta, sustancias volátiles y heroína descienden o se mantienen respecto a los datos de 2008, la edad media de inicio es temprana. Situadas en primer lugar las sustancias volátiles, a continuación se encuentran el GHB y éxtasis, sobre los 13 años, seguidas por la heroína a los 14 años, y el resto, cocaína, speed y alucinógenos, a los 15 años. “Es cierto que después del alcohol y el tabaco, el cannabis es la droga más consumida entre los adolescentes de esta Comunidad y la que ha experimentado un importante incremento entre los jóvenes. De hecho, en los últimos años ha pasado de ser poco consumida a ser una de las más habituales y más conocidas por los escolares. Pero también drogas como los alucinógenos, las anfetaminas o las drogas de síntesis, prácticamente desconocidas hace años, en la actualidad se encuentran bastante difundidas entre los adolescentes”, concluye el informe.

Fuente: Salamanca 24 horas.com

jueves, 9 de mayo de 2013

Se estabiliza la tasa de nuevos consumidores de cannabis y cocaína en España, aunque seguimos a la cabeza en su consumo.


Investigadores españoles han estudiado la evolución de la incidencia del consumo de cannabis y cocaína en España durante los últimos 38 años. Los resultados apuntan que en los últimos años la tendencia se estabiliza, sobre todo en el consumo de cocaína. Los datos también muestran que las primeras experiencias se dan más frecuentemente en jóvenes de entre 15 y 19 años, independientemente del género. España sigue a la cabeza de la UE en consumo de cocaína y cannabis
Expertos del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) han estudiado la evolución de la incidencia del consumo de cannabis y cocaína en España durante los últimos 38 años. Aunque hasta el año 2008 las personas que se iniciaron en el consumo fue la más elevada desde los años 70, en los últimos años la tendencia se estabiliza, sobre todo en el consumo de cocaína.
"Es la primera vez que se analizan los datos sobre las tasas de nuevos consumidores de cannabis y cocaína en el país, datos que han sido ponderadas teniendo en cuenta los cambios poblacionales, lo que ofrece una visión mucho más precisa, real y útil de lo que está sucediendo a la población", explica Antonia Domingo, coordinadora del grupo de investigación en epidemiología de las drogas de abuso del IMIM y responsable del estudio.
"Los resultados muestran que la incidencia de consumo de cannabis en edades inferiores a 15 años aumentó en los años 90 y hasta 2004 continuaba siendo destacable, lo que pone en evidencia la necesidad de aumentar los esfuerzos en la prevención del consumo de cannabis en la población mucho antes de esa edad", añade Domingo.
El último informe del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT) revela que el cannabis y la cocaína son las drogas ilegales más comúnmente usadas en la Unión Europea. En España, estas dos sustancias tienen una de las prevalencias (o magnitud del consumo en un momento determinado) más altas de Europa, registrándose un aumento del consumo de cannabis del 14,5% al 32,1% entre el 1995 y 2009, y del 3,4% al 10,2 % del consumo de cocaína durante el mismo periodo.

Las diferencias en el consumidor español

El estudio se ha llevado a cabo mediante el análisis de las encuestas bienales que realiza el Plan Nacional sobre Drogas, que entre los años 1995 y 2009 tenían entre 9.000 y 28.000 encuestados en sus muestras. Incluyen personas de entre 15 y 64 años que reportan, entre otros, datos de su consumo de cannabis y cocaína.
La incidencia, o fecha de inicio del consumo, es un dato importante porque muestra la propagación del consumo entre la población, aportando información más interesante de cara a las políticas de salud pública que los datos de prevalencia, que estudian la magnitud del consumo en un momento determinado.
Si se comparan las tendencias de nuevos consumidores españoles con otros estudios de Grecia, Ámsterdam, Inglaterra y Gales, se observa que la incidencia en España del consumo de cannabis aumentó de manera más pronunciada durante estos años. Con la cocaína, en cambio, había tasas de incidencia ligeramente más bajas que en Ámsterdam.
Comparativamente, en EE UU la incidencia del consumo de cannabis y cocaína empezó a aumentar 10 años antes que en España, y decreció suavemente a partir de los años 90, en contraste con el aumento continuado de la incidencia del consumo en el mismo periodo en el país mediterráneo.
"Disponer de datos de las tasas de nuevos consumidores es fundamental para poder planificar las políticas de prevención adecuadas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los resultados pueden estar infraestimados porque este tipo de encuestas tienen una no respuesta del 50% y porque consideran solo a la población que vive en hogares censados", concluye Albert Sánchez-Niubó, investigador del IMIM y primer firmante del artículo.

jueves, 25 de abril de 2013

El inicio del consumo de cannabis en la adolescencia aumenta la probabilidad de episodios psicóticos en dependientes de cocaína.


Resumen

El psiquiatra del Hospital 12 de Octubre de Madrid, Guillermo Ponce, ha intervino en las XL Jornadas Nacionales de Socidrogalcohol que se han celebrando en Murcia para explicar el papel del sistema cannabinoide en las sensibilización dopaminérgica al cannabis y otras drogas.

Ponce ha explicado que la sensibilización cruzada, cuando se consumen distintas sustancias, se asocia con las recaídas relacionadas con el tiempo de consumo, las conductas de búsqueda y la similitud de circuitos implicados, pero también puede inducirse por la propia droga y otras sustancias adictivas, por estímulos asociados, e incluso por estrés.

"La sensibilización se asocia a psicosis en consumidores crónicos de anfetaminas y también se ha visto en pacientes esquizofrénicos que pueden sensibilizarse al efecto sobre el sistema dopaminérgico del estrés, con una mayor producción de dopamina y más síntomas psicóticos si consumen anfetaminas".

"La dependencia de cannabis es un determinante mayor en la probabilidad de desarrollar psicosis por cocaína y el inicio del consumo de cannabis en la adolescencia aumenta la probabilidad de episodios psicóticos en dependientes de cocaína", ha comentado.

Diversos trabajos han mostrado que los agonistas cannabinoides aumentan la actividad de las neuronas dopaminérgicas y también la liberación de dopamina en el núcleo accumbens y otras áreas del sistema dopaminérgico, aunque Guillermo Ponce advierte que estos hallazgos en ratones son difíciles de trasladar a los pacientes psiquiátricos.

En la adicción a nicotina, alcohol y opiáceos se ha visto que los agonistas aumentarían las conductas relacionadas con el consumo, mientras que los antagonistas cannabinoides las frenarían. Pero este sistema tendría un efecto más variable con los psicoestimulantes, ya que en este caso los agonistas pueden inducir reinstauración del consumo tras la abstinencia y promover el mantenimiento de la conducta de búsqueda del psicoestimulante.


Psiquiatria.com - El inicio del consumo de cannabis en la adolescencia aumenta la probabilidad de episodios psicóticos en dependientes de cocaína.

martes, 5 de marzo de 2013

España es el país que más cocaína y cannabis incauta en Europa


La ONU reconoce que el consumo de cocaína se ha estabilizado en el Viejo Continente

España es el país de Europa que más cocaína, resina de cannabis y plantas de marihuana incauta, según ha informado hoy la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).
El informe anual de ese organismo de la ONU, que vela por el cumplimiento de los tratados internacionales contra las drogas, reconoce que el consumo de cocaína se ha estabilizado en el Viejo Continente, si bien con una prevalencia anual alta, del 1,2 %. Sin embargo, «en los últimos años se ha observado el descenso de la prevalencia anual del consumo de cocaína en los adultos en países de alta prevalencia como Dinamarca, España, Irlanda y el Reino Unido», afirma la JIFE.
En Europa se incautaron en 2010 unas 60 toneladas de cocaína, lo que supone la mitad del máximo de 120 toneladas intervenidas en el 2006. En España se decomisaron 25 toneladas en 2010, casi la mitad de toda la cocaína interceptada en Europa, añade. También ha bajado en los últimos años la cantidad de resina de cannabis interceptada en Europa: «En 2010 se incautaron 534 toneladas, cifra que representa casi la mitad de la cantidad máxima de 1.078 toneladas aprehendida en 2004», se destaca en el informe. «En España, país en que se registra la mayor cantidad de resina de cannabis incautada por las autoridades aduaneras en todo el mundo, la incautación disminuyó en 2010 por segundo año consecutivo y llegó al nivel más bajo registrado desde 1997», indica la JIFE sin ofrecer cifras concretas.
También en la incautación de plantas de cannabis lidera España las estadísticas, ya que intervino 27 de las 35 toneladas que se decomisaron en toda Europa en 2010, según la Junta.
El informe apunta que «el 1% de los adultos europeos estarían consumiendo cannabis a diario o casi a diario», mientras que la prevalencia anual del consumo de esa droga es del 6,7 % en el Viejo Continente. Los datos de consumo entre los jóvenes de 15 a 24 años son aún más altos, con una media en Europa Occidental del 15,2 %, algo por debajo de las cifras registradas en España, con el 17,2 %.
Según la JIFE, que cita datos de la Organización Mundial de la Salud, la tendencia es estable o a la baja en cuanto al consumo de esa droga entre los jóvenes.

FUENTE: EFE

domingo, 20 de enero de 2013

El cannabis provoca la mayoría de los ataques psicóticos en jóvenes


El delegado del Plan sobre Drogas cree que se banaliza su consumo


El delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Francisco de Asís, cree que en la actualidad hay una peligrosa banalización del consumo de drogas, sobre todo de aquellas que la legislación dice que causan efectos «menos graves» para la salud. Aunque Asís Babín entiende que desde el punto de vista legal hay que hacer esa diferenciación, como médico que es advierte, por ejemplo, sobre los riesgos del cannabis y su elevado consumo. «Aunque el potencial de generar psicosis no es el mismo que, por ejemplo, el de la cocaína, hoy en día es la principal causa de ataques psicóticos en los adolescentes que llegan a los centros de salud», asegura.
Ante la proliferación de asociaciones que piden un cambio en la legislación para el consumo del cannabis, el delegado del Plan sobre Drogas no solo se pronuncia en contra de cualquier tipo de permisividad, sino que otra vez desde el punto de vista médico cuestiona sus supuestas propiedades terapéuticas. «No es una panacea que sirva para curarlo todo, y además, aunque lo consideráramos un medicamento, nosotros nunca hemos abogado por el autoconsumo. Y sería iluso pensar que por legalizarse el cannabis iba a dejar de haber tráfico de drogas».
Francisco de Asís hizo estas declaraciones ayer en Vilagarcía, hasta donde se desplazó para participar en un foro organizado por la Fundación Galega contra o Narcotráfico en el que estuvieron presentes jueces, fiscales, fuerzas del orden y representantes políticos.
Sin ayudas para prevención
Su presencia en la ciudad arousana no pasó desapercibida a las entidades que trabajan en la asistencia a drogodependientes, que este año se han quedado sin ayudas de la Xunta para los programas de prevención. A Francisco de Asís se le preguntó por la cuestión y explicó que las comunidades autónomas seguían recibiendo fondos del Plan sobre Drogas, pero que él no iba a opinar sobre una cuestión que era competencia de la Xunta. La vicepresidenta de la Asociación gallega de profesionales de conductas adictivas salió ayer al paso de estas declaraciones para puntualizar que esas ayudas estatales habían bajado de 2.617.000 euros el año pasado a 472.599 este año, por lo que Beatriz Camba responsabiliza por igual a ambas administraciones.

Fuente: http://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2013/01/19/cannabis-provoca-mayoria-ataques-psicoticos-jovenes/0003_201301G19P23991.htm

viernes, 18 de enero de 2013

El 59% de los universitarios admiten haber probado el cannabis, según la UdL

El 59% de los estudiantes universitarios admite haber probado el cannabis en alguna ocasión --el 64,7% de los hombres y el 55,4% de las mujeres--, y uno de cada cuatro ha consumido marihuana o hachís en el último mes, según un estudio de la Universitat de Lleida (UdL) realizado a 300 jóvenes que estudian en el centro.

El 59% de los estudiantes universitarios admite haber probado el cannabis en alguna ocasión —el 64,7% de los hombres y el 55,4% de las mujeres—, y uno de cada cuatro ha consumido marihuana o hachís en el último mes, según un estudio de la Universitat de Lleida (UdL) realizado a 300 jóvenes que estudian en el centro.


El trabajo destaca que el alumnado masculino consume más drogas que el femenino, con la única salvedad del tabaquismo, más prevalente en las chicas que en los chicos, si bien alrededor de la mitad de las personas reconoce este hábito.
El alcohol es la sustancia más presente, ya que prácticamente todos los estudiantes admiten haberla probado, el 31% bebe de manera regular, e incluso el 43% de los chicos y el 26% de las chicas asegura que alguna vez ha conducido bajo sus efectos.
La encuesta ha estado dirigida por la Facultad de Medicina de la UdL, y evidencia que por detrás del cannabis, el 6,5% de los estudiantes ha consumido de forma regular tranquilizantes o pastillas para dormir.
La diferencia entre sexos es especialmente acusada en el consumo de cocaína, ya que mientras el 25% de alumnos admite haberla probado, este porcentaje se reduce hasta el 11% de las alumnas.
El decano de Medicina del centro, Joan Ribera, ha destacado la importancia de conocer los hábitos de los estudiantes porque la formación debe ir más allá de lo estrictamente académico, y ha apostado por una modificación de las campañas de prevención.
Fuente: http://www.20minutos.es/noticia/1703961/0/

jueves, 3 de enero de 2013

En adolescentes, relación entre marihuana y psicosis es bidireccional

Por Andrew M. Seaman


El consumo de marihuana (cannabis) está asociado con la aparición de síntomas psicóticos en los adolescentes, y viceversa: un estudio de Holanda revela que la psicosis adolescente estaría asociada con el futuro consumo de la droga.
"Nos concentramos principalmente en el orden temporal; ¿qué apareció primero, la gallina o el huevo? Como lo muestra el estudio, la relación es bidireccional", dijo por correo electrónico la autora principal, Merel Griffith-Lendering, estudiante de doctorado de la Universidad de Leiden, Holanda.
Estudios previos habían establecido una relación entre el consumo de marihuana y la psicosis, pero los científicos cuestionaban si ese consumo potenciaba el riesgo de desarrollar enfermedad mental o si los consumidores usaban la droga para aliviar los síntomas psicóticos, como alucinaciones y delirio.
"Lo interesante del estudio es que ambos procesos ocurren al mismo tiempo", opinó el doctor Gregory Seeger, director médico de Servicios para las Adicciones del Hospital General de Rochester, Nueva York. Destacó el interés de los autores en lo que el tetrahidrocannabinol (THC), el ingrediente activo de la marihuana, podría hacerle al cerebro adolescente en desarrollo.
LA GALLINA Y EL HUEVO
Con el nuevo estudio, publicado en Addiction, los autores quisieron comprobar qué ocurría primero: el consumo de marihuana o la psicosis.
El equipo de Griffith-Lendering utilizó información de 2.120 adolescentes holandeses, que a los 14, 16 y 19 años respondieron si consumían marihuana. Además, les realizaron pruebas de vulnerabilidad para conocer su nivel de concentración, si tenían sentimientos de soledad y si veían cosas que otros no podían ver.
Los autores observaron que 940 adolescentes (44 por ciento) fumaban marihuana y que la relación entre el consumo y la psicosis era bidireccional.
Por ejemplo: consumir marihuana a los 16 años estaba asociado con la aparición de síntomas psicóticos a los 19 años, mientras que la aparición de esos síntomas a los 16 estaba relacionado con el consumo de marihuana tres años después, aun tras considerar las enfermedades mentales, el consumo de alcohol y el tabaquismo familiares.
Pero el estudio no prueba que un trastorno cause el otro. Para la autora, la genética podría explicar la relación entre el consumo de marihuana y la psicosis.
"Podemos decir que, en algunas personas, el consumo de marihuana es anterior a la psicosis, pero que en otras con psicosis (sin diagnosticar), la marihuana les brinde alivio", dijo la doctora Marta Di Forti, del King's College de Londres y que no participó del estudio. Consideró que el consumo de marihuana es un factor de riesgo de la psicosis, no una causa.
Seeger, que tampoco participó del estudio, opinó que debería aumentar la conciencia pública de esta relación. "La marihuana no es una sustancia inofensiva".
"El mensaje de que la marihuana es un factor de riesgo para la salud pública debería ser más intenso para los adolescentes, especialmente", agregó. Y Griffith-Lendering coincidió: "Dada la gravedad y el impacto de los trastornos psicóticos, los programas de prevención deberían tener en cuenta esta información".
FUENTE: Addiction, online 7 de diciembre del 2012.
Reuters Health

martes, 11 de diciembre de 2012

Uno de cada cinco reclusos sigue consumiendo cannabis tras su ingreso en prisión


Sigue siendo la sustancia adictiva más consumida en las cárceles españolas por delante de la heroína, el alcohol y la cocaína

El cannabis continúa siendo la droga más consumida por losreclusos de las cárceles españolas, ya que hasta uno de cada cinco (un 21,3 por ciento) admite seguir consumiendo esta droga tras su ingreso en prisión. Así se desprende de los últimos datos de la Encuesta 2011 sobre Salud y Consumo de Drogas en Internados en Instituciones Penitenciarias, presentada este lunes en el Ministerio de Sanidad con motivo de un acuerdo de colaboración de este ministerio y el de Interior en materia de prevención de drogodependencia en presos.
De este modo, y según los datos recopilados tras la encuesta de 4.980 reclusos, el cannabis sigue siendo la sustancia adictiva más consumida en las cárceles españolas, a pesar de que su consumo ha bajado en los últimos años, si se comparan los datos con los de la encuesta de 2006, que reflejaba que hasta un 27,7 por ciento la consumía en prisión. Tras el cannabis estaría la heroína, consumida por el 3,8 por ciento de los reclusos encuestados, los tranquilizantes (2,4%), el alcohol (1,8%) y la cocaína en polvo (1%).
No obstante, y como ha destacado el delegado del Plan Nacional sobre Drogas, Francisco Babín, estos consumos son inferiores a los registrados en 2006 y, muy especialmente, a los que presentaban los reclusos antes de entrar en prisión, ya que hasta un 71,3 por ciento admitían ser consumidores de alcohol, un 43,4 por ciento de cannabis y un 33,2 por ciento de cocaína un año antes de su entrada en prisión.
La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, ha defendido que la prevención de drogas sigue siendo una de las prioridades de su departamento y, en este sentido, ha avanzado que en el próximo Consejo Interterritorial las comunidades aprobarán el Plan de Acción sobre Drogas 2013-2016, que estará centrado en la atención a menores en situación de riesgo y las mujeres drogodependientes. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha destacado el esfuerzo que desde los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y las Instituciones Penitenciarias se está haciendo para tratar de frenar la entrada de éstas y otras sustancias en las cárceles españolas.

Más de 12 kilos de hachís incautado

Prueba de ello, según ha precisado posteriormente el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste, es que durante el primer semestre de 2012 se han realizado 603 intervenciones en las que se han incautado 12,56 kilos de hachís, 2,26 kilos de cocaína, 109 unidades de anfetaminas, 4.849 unidades de benzodiapezinas, 291,6 gramos de marihuana y 157,5 gramos de heroína.
Yuste ha resaltado la especial incidencia que tiene el trabajo de la Guardia Civil con las unidades caninas, que tienen un efecto «muy positivo» a la hora de detectar sustancias y, asimismo, un efecto disuasorio para quienes intentan hacer llegar a los reclusos estas sustancias. «La mera llegada de una unidad canina hace que, al verlos, haya visitantes que desistieran de realizar la visita y pasar el control», según ha afirmado. Asimismo, el secretario general de Instituciones Penitenciarias ha destacado la importancia de los cacheos y las exploraciones para disuadir a la «picaresca» empleada para introducir estas sustancias, y ha recordado que esta práctica constituye un delito o una infracción administrativa en función de la cantidad incautada.
La encuesta también ha analizado el porcentaje de infecciones por VIH y hepatitis C y el conocimiento sobre las vías de transmisión. En este sentido, revela como uno de cada tres usuarios de drogas inyectadas tiene VIH y tres de cada cuatro hepatitis C. Asimismo, uno de cada cinco internos cree que compartir jeringuillas no es contagioso. Por otro lado, el 6,8 por ciento de los internos dice haberse sentido forzado alguna vez en la vida a mantener relaciones sexuales, de los que el 22,1 por ciento son mujeres.
De igual modo, cuatro de cada diez internos utilizan preservativo, pero sólo la mitad lo hace siempre. Entre los internos con VIH positivo, el 37,6 por ciento dice no utilizar preservativo; y de los que lo utilizan, el 23,3 por ciento lo hace sólo ocasionalmente. De los que han usado preservativo, el 97,9 por ciento cree fácil conseguirlo en el propio centro. En lo que respecta al tratamiento, tres de cada cuatro encuestados en tratamiento consideran que han mejorado con su último tratamiento en prisión. El 83,1 por ciento de extranjeros manifiestan más impacto positivo en su estado de salud a partir de los últimos tratamientos que los españoles, colectivo entre el que lo considera así el 72,5 por ciento.
Fuente: ABC.es

lunes, 26 de noviembre de 2012

´La mayoría de jóvenes en terapia por cannabis vienen por la familia o para evitar la multa´


Adolescentes de 15 y 16 años enganchados al cannabis son cada vez más habituales en la unidad de día de la Asociación Ciudadana de Lucha contra la Droga en A Coruña. Eso sí, la mayoría no acude a terapia por propia iniciativa sino que lo hace obligado por la familia o por interés ya que ciertas multas por tenencia de marihuana pueden dejar de pagarse si se acude a una terapia de desintoxicación. "Casi todos llegan cuando los familiares descubren que consumen o para evitar la multa", indica Maite Lago, psicóloga de esta unidad, quien reconoce que la familia tarda en darse cuenta de la adicción del menor. "Es una droga más discreta que otras. Después de una noche de fiesta, los padres se fijan si el joven ha consumido alcohol, pero no si le brillan los ojos, por ejemplo", indica y añade: "Pero una vez que se descubre el consumo ya se relaciona con cambios de actitud del joven como que baje el rendimiento en el colegio, presente falta de atención o problemas de memoria".
Los jóvenes a tratamiento deben someterse a terapia psicológica entre seis meses y un año. "Pero hay muchos que lo dejan antes y a otros solo les interesa estar el tiempo necesario para evitar la multa", indica Lago, quien reconoce que lo primero es motivarlos para acudir a terapia.

FUENTE: Laopinioncoruña.es

sábado, 27 de octubre de 2012

El Cepca del Consell d'Eibissa atiende anualmente entre 50 y 60 familias que tienen problemas por el consumo de cannabis de sus hijos adolescentes

Adolescentes en la nube blanca es como titula el diariodeibiza.es  al conflicto en el que se encuentras muchas familias por el consumo de cannabis de sus hijos adolescentes.

Según Bienestar Social : Atravesar la complicada etapa de la adolescencia con ayuda de los porros es un recurso al que acuden muchos jóvenes y que, en el caso de Eivissa, supone una fuente de conflicto para decenas de familias. Para enfrentarse a este consumo, que genera apatía y absentismo escolar, los padres cuentan con la ayuda de un programa específico del Centro de Prevención de Conductas Adictivas del Consell.


El Centro de Estudio y Prevención de Conductas Adictivas (Cepca) del Consell de Eivissa atiende cada año a entre 50 y 60 familias que tienen problemas por el consumo de cannabis de sus hijos adolescentes. Hace 12 años que se puso en marcha un programa específico y gratuito para los jóvenes con este problema, servicio que incluye el asesoramiento a sus familiares. El servicio se creó para llegar a casos que no pueden ser atendidos en los centros de tratamiento de conductas adictivas porque se trata de menores y porque, pese a sus pautas de comportamiento, no se puede establecer que tengan una adicción.
Muchas de las familias que acceden a este programa lo hacen derivadas por los centros educativos de Secundaria, pero también las hay que acuden por el boca-oreja. Después de más de una década son muchos los padres que han recibido esta ayuda y suelen recomendarla a quienes se encuentran en una situación similar.
La de los fumadores diarios de cannabis es la pauta de consumo que más problemas genera. Cuando los chicos solo fuman los fines de semana el estrés familiar es menor y su entorno no recurre al Cepca. «La ayuda se pide en los casos de jóvenes que se levantan por la mañana y lo primero que hacen es fumar: entran en una espiral de apatía, surgen los conflictos en casa…», explica Belén Alvite, directora del Cepca.
Esta psicóloga explica que no hay grandes diferencias en los patrones de consumo en Eivissa respecto al resto de España. El número de casos tratados está dentro de la media nacional, el problema es que estos patrones son muy problemáticos en todo el país: hay tantos chicos que prueban el cannabis como el tabaco, y esto se repite en Eivissa.

Efectos sobre la salud

De cada 100 chicos, más de 40 prueban el tabaco y la misma proporción experimenta con el cannabis: «Hay que recordar que entre ambos hay diferencias importantes. Una es una droga legal y la otra no. Las consecuencias para el desarrollo y la maduración psicológica son diferentes. El tabaco tiene efectos sobre la salud física pero no sobre la mental, sin embargo el cannabis causa problemas en la maduración de los chavales».
Alvite asegura que estos comportamientos están motivados por los mensajes emitidos por la sociedad: «Somos muy permisivos con el alcohol. Hemos mandado muchos mensajes respecto al tabaco y eso ha hecho que la gente se acerque menos a él. Puedes fumar o no fumar, pero ya sabes que vas a vivir menos y con peor calidad de vida. En cuanto al cannabis los jóvenes reciben todavía mensajes muy confusos y respecto al alcohol, casi ni los reciben. Se trabaja muy poco el consumo de alcohol a nivel social».
El perfil del adolescente consumidor de riesgo atendido en el Cepca corresponde principalmente a jóvenes que fuman cannabis. «No suele venir tanta gente con problemas de alcohol, creo que porque la percepción de riesgo de las familias en este caso es menor. Una familia ante una borrachera puede reaccionar con una gran bronca y la imposición de una serie de límites, ante el consumo de cannabis la misma familia se alarma porque piensa que esto es un efecto domino y que si empiezas con una droga será más fácil probar la siguiente», explica esta especialista.

La metáfora de la mochila

¿Qué hay que hacer para no llegar a esta situación? ¿Cómo debe actuarse para que un niño no se convierta en un adolescente conflictivo y consumidor de sustancias nocivas? Cuando el Cepca comenzó a funcionar todas las escuelas (talleres para padres en los centros educativos) que se organizaban abordaban las consecuencias del consumo de drogas en la adolescencia. Los profesionales se dieron cuenta de que los padres a menudo respondían a sus explicaciones: «Esto tenía que haberlo aprendido antes». Y el proceso evolucionó. Los límites, las normas, rutinas, la comunicación…, se trabajan a edades tempranas. «Ha llegado un momento en que hemos hechos escuelas hasta en centros de 0-3 años porque nos las han pedido», apunta Alvite.
La fórmula no es fácil. El secreto es «trabajar mucho». «Ser padre no es un suceso, es un proceso que significa mucha presencia y en un periodo muy concreto: la infancia», destaca. A los progenitores se les explica una metáfora: Educar a los hijos es como prepararlos para que se vayan de campamento. Tienen una mochila abierta en la que los padres van introduciendo las herramientas que necesitarán para su aventura, pero llega un momento en que cierran su mochila y salen. Es la adolescencia. «Hay muchos padres que entonces empiezan a correr detrás de ellos para seguir metiendo cosas en la mochila porque se han dado cuenta de que no llevan lo suficiente. Pero la mochila está ya cerrada», ejemplifica Alvite.

Infancias poco trabajadas

Los expertos argumentan que no se puede pedir responsabilidad a una persona a la que no se ha adiestrado para tenerla. De poco sirve quejarse de que el chico no ordena su habitación si nunca se le ha obligado a hacerlo.
«El año pasado me encontré con un caso en el que una madre contaba que acababa de conseguir por fin que su hijo de 15 años metiera la ropa sucia en el cesto de lavar. Eso lo tiene que hacer un niño con 18 meses. Las responsabilidades son una especie de músculo. Las peores adolescencias las sufren quienes han trabajado menos en la infancia de sus hijos», advierte la coordinadora de este programa.
«Educar a los hijos con criterios propios es difícil, pero hacerlo con criterios ajenos es aún más complicado y eso es lo que está haciendo mucha gente. Le compran un móvil porque lo tiene el resto de la clase, cómo no va a tener Facebook si ya hay tres compañeros con su propio perfil… Y les dices, ‘alma de cántaro, que es ilegal. En Facebook no se pueden abrir perfiles hasta los 14 años y tu hija tiene 10’», indica Alvite para avisar de que el ritmo educativo no lo debe marcar la sociedad sino los progenitores: «A veces hay que ser un padre impopular, es lo que toca».
En ocasiones los progenitores no asumen su responsabilidad educativa y buscan culpables externos para los problemas de sus hijos. En el centro dependiente del Consell recuerdan que «un adolescente no se levanta a los 13 años y decide hacer lo que le parezca sin que le importe en absoluto el sufrimiento que genera en su familia». «Eso no pasa de la noche a la mañana. Se construye día a día. Pero después es muy doloroso admitirlo y se buscan culpables fuera: el centro educativo no avisó, los profesores no son motivadores, la administración pública no ayuda…», destaca Alvite.
Hay otras circunstancias que pueden acabar traduciéndose en una adolescencia problemática: «Tener una familia es muy complejo. A veces falta uno de los dos padres, o tienen excesivo trabajo…, no se dan cuenta de que el tiempo pasa muy deprisa. Para poner las bases hay un periodo muy concreto».
Cuando el problema ya se ha presentado lo que hay que hacer es «armarse de paciencia, buscar ayuda de profesionales que te marquen pautas y cumplirlas». De poco sirve pasar años acudiendo a especialistas si luego no se aplica el tratamiento recetado.
Cuando el joven consume drogas y los padres acuden al Cepca se concierta una cita para conocer al menor: «Cuando él te explica su pauta de consumo, el tiempo que lleva, la cantidad que fuma, en qué ocasiones, buscando qué efectos y cuál es su proyecto de vida, hay veces que concluyes que el consumo es experimental y no tiene por qué convertirse en un problema. Para la mayoría de personas que consumen cannabis no es así».
Pero existe otro perfil. El de los jóvenes en los que el consumo se detecta a muy temprana edad y aseguran que, si no es fumando, no pueden aguantar estar el instituto. «Son chicos que no tienen claro quiénes son ni qué papel quieren jugar en la vida, lo único que saben es que lo que tienen alrededor no les gusta. No se trata de un consumo que busca la diversión sino una especie de automedicación. Ese es el perfil de riesgo y es mucho más complejo», revela.

Sin moralinas

Llegados a este punto se trabaja «hacia atrás», para averiguar a qué se debe la inmadurez emocional del menor. A menudo se intenta trabajar la comunicación. Los padres llevan mucho tiempo dirigiéndose a sus hijos solo para reñirles y se les incentiva para que valoren lo que hacen bien y se lo digan para mejorar su autoestima y ayudarle a ir asumiendo pequeñas responsabilidades. «Se trata de ganar otros terrenos, ya perdidos, para poder afrontar después lo que ocurre con el cannabis», explica.
En este programa se evitan los juicios de valor, para que los jóvenes se sientan a gusto. «Les decimos ¿no te das cuenta de que mogollón de veces te rayas ? Un amigo te dice algo y te vuelves a casa pensando ‘¡Será cabrón!, ¿por qué me ha dicho esto?’ Pues eso es una idea circular producida por el cannabis», relata.. Muchos dicen «es verdad» porque se les habla de lo que les pasa evitando las moralinas paternales: «Estás destrozándome la vida, yo que lo he hecho todo por ti, vas a ser un tirado…».

Los padres que se enfrentan a esta situación pueden llamar al 971317403 y pedir asesoramiento de familia. Se da una primera cita a los padres por las mañanas y posteriormente a los menores se les asesora por las tardes, para no interferir con el horario escolar.

Fuente diariodeibiza.es


sábado, 6 de octubre de 2012

¿Aumenta el riesgo de depresión el consumo de cannabis a edades tempranas?

Autor:

Juan Miguel Garrido Ocaña


Se ha estudiado mucho la asociación entre el consumo de cannabis en la adolescencia y el incremento de riesgo de padecer psicosis, pero ¿qué se sabe en cuanto al riesgo de padecer depresión? ¿Lo incrementa?

Diferentes autores han realizado estudios que analizan la posible asociación entre el cannabis y ladepresión observando la mayoría de ellos un claro aumento del riesgo sobre todo si el consumo es importante y regular y siendo más importante aún si el consumo lo realiza una mujer joven.

Analicemos algunos de los estudios realizados:

  • Patton y su equipo en el 2002 publicaron un estudio que se realizó entre los años 1992 y 1998 en Australia. Observaron que la prevalencia de depresión y ansiedad aumentaba en adultos jóvenes si consumían cannabis (siendo más importante este aumento en las mujeres consumidoras). Vieron como sobre todo en mujeres el uso de cannabis en la adolescencia duplicaba el riesgo de padecer depresión cuando el consumo era semanal y lo multiplicaba por cuatro cuando era diario. 

  • Rey y su equipo en el 2002 publicaron otro estudio realizado en población australiana que tenía entre 13 y 17 años (una muestra de 1490 adolescentes) observando que los consumidores de cannabis se deprimían tres veces más que el grupo que no consumía, observando que a mayor consumo mayor riesgo de deprimirse en un futuro.

  • Ferguson y su equipo en el 2002 publicaron un estudio realizado en adolescentes entre 14 y 21años. Los observaron durante un año y vieron que en el grupo de 14-15 años mientras que solo un 5.3% de los no consumidores habían tenido depresión, en el caso de consumidores decannabis un 10.8% de los consumidores muy esporádicos (consumo algunos meses) la padecían un 28.6% de los consumidores de cómo mínimo una vez por semana (consumidores muy frecuentes) y un 33.3% de los que consumían cada mes pero no cada semana (consumidores frecuentes) siendo estas diferencias estadísticamente significativas. En el grupo de 17 a 18 años los no consumidores habían presentado depresión un 14.1% de la muestra, mientras que los consumidores muy esporádicos al presentaron un 24%, los de consumo frecuentes un 20.7% y los muy frecuentes un 27.2% siendo también esta diferencia significativa y en el grupo de 20-21 los no consumidores presentaron depresión en un 14.7%, mientras en los consumidores en el grupo de los esporádicos un 16.7%, en el de los frecuentes un 21% y en el de los muy frecuentes un 30.4% siendo de nuevo esta diferencia significativa.

  • Wilcox y Anthony en el 2004 publicaron un estudio en el que observaron como en mujeres menores de 15 años que hubieses consumido cannabis aumentaba el riesgo de ideación suicida y de suicidio durante los siguientes 15 años.

  • Margriet Van Laar y su equipo en el 2007 publicaron un estudio longitudinal donde observaron que el uso de cannabis aumentaba el riesgo de depresión después de reajustar las medidas por posibles confusores, lo que quiere decir que el incremento de riesgo por pertenecer al grupo de consumidores estaría con un 95% de probabilidad entre que es 1.06 veces y 2.48 veces superior respecto al grupo de no consumidores. Dicha relación se observaba sobre todo en los consumidores habituales, no tanto en los de consumo esporádico.

  • Lee y su equipo en el 2008 publicaron un estudio donde remarcan una fuerte asociación entre el uso de cannabis y la presencia de síntomas severos y moderados depresivos; siendo más importantes de nuevo en mujeres. Observaron también que aumentaba más el riesgo si el consumo se iniciaba en edades tempranas y si el consumo se realizaba de forma regular.


Así hemos visto como la mayor parte de los estudios encuentran que el consumo de cannabis se relaciona con la depresión y con la posible aparición de ideas suicidas sobre todo si se inicia a edades tempranas, si se realiza un consumo regular, siendo de mayor riesgo cuando el consumo es en mujeres.



Bibliografía


  • Patton GC, Coffey C, Carlin JB, Degenhardt L, Lynskey M and Hall W (2002). Cannabis use and mental health in young people: cohort study. BMJ 325: 1195-1198.
  • Rey JM, Sawyer MG, Raphael B, Patton GC and Lynskey M (2002). Mental health of teenagers who use cannabis. Results of an Australian survey. Br J Psychiatry 180: 216-221.
  • Fergusson DM, Horwood LJ and Swain-Campbell N (2002). Cannabis use and psychosocial adjustment in adolescence and young adulthood. Addiction 97: 1123-1135.
  • Fergusson DM, Horwood LJ, Lynskey MT and Madden PA (2003). Early reactions to cannabis predict later dependence. Arch Gen Psychiatry 60: 1033-1039.
  •  Wilcox HC and Anthony JC (2004). The development of suicide ideation and attempts: an epidemiologic study of first graders followed into young adulthood. Drug Alcohol Depend 7: S53-S67.
  • Van Laar M, van Dorsselaer S, Monshouwer K and de Graaf R (2007). Does cannabis use predict the first incidence of mood and anxiety disorders in the adult population? Addiction 102:1251-1260.
  • Lee KS, Clough AR, Jaragba MJ, Conigrave KM and Patton GC (2008). Heavy cannabis use and depressive symptoms in three Aboriginal communities in Arnhem Land, Northern Territory. Med J Aust 188: 605-608.
FUENTE: Forumcllinic

viernes, 5 de octubre de 2012

Un estudio del Ayuntamiento de Valencia revela un aumento del 6% entre los jóvenes de 15 años que fuman cannabis.


«Tercero de ESO es el curso que más nos preocupa por el aumento de consumos de vez en cuando en alcohol y porros. Aunque no son incrementos muy altos, sí que son continuados».
Así han valorado los técnicos del Plan Municipal de Drogodependencias (PMD) los resultados de las encuestas realizadas el curso pasado (2011-2012) a 1.934 alumnos valencianos.
Y es que no es para menos. Según el estudio, ya son un 10,4% los jóvenes de 14 años que aseguran fumar cannabis «de vez en cuando», y un 17,3% en el caso de los de 15 años. Estos datos suponen un incremento del 1,4% y del 6,3% respectivamente, en comparación con el curso anterior. Además, en el caso de los de 15 años, ya son un 2,6% los que afirman fumarlos a diario, lo que supone un incremento del 1,8%.
En cuanto al consumo de alcohol, ya son un 54,8% los estudiantes de 14 años los que aseguran consumirlo «de vez en cuando», un 3,3% más que el curso anterior. En el caso de los de 15 años, este tipo de consumo se dispara al 59,5% de los alumnos, cifra casi idéntica a la de hace un año.
Más fracaso escolar
Según han explicado los técnicos del PMD, el aumento de este tipo de consumo ocasional se debe a  que el alumnado piensa que «controla» la sustancia, ya que entre semana casi no beben ni fuman.
Sin embargo, luego, los fines de semana, se disparan los consumos de ambas drogas, lo que no deja de ser peligroso ya que «el cerebro no acaba su proceso de desarrollo hasta los 21 años», con lo cual estos consumos (recordemos que son sustancias tóxicas) interfieren «en el normal desarrollo del proceso de maduración cerebral», con la consiguientes consecuencias, como por ejemplo, una peor capacidad de memorización, concentración y atención. Para los técnicos, el fracaso escolar está directamente relacionado con el consumo de estas sustancias.
"Los padres deben actuar"
¿Qué deben hacer unos padres que descubren que sus hijos beben o fuman porros? Según los técnicos del PMD, lo peor que pueden hacer es «no hacer nada». La mejor opción es «hablarlo con ellos de forma tranquila» y escuchar los puntos de vista de su hijo. Además, se pueden dirigir al PMD del Ayuntamiento de Valencia, donde asesoran a las familias al respecto. 

FUENTE: 20 minutos.es

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Sesiones de terapia telefónica resultan efectivas para superar la adicción al cannabis.

La terapia telefónica puede ayudar a los consumidores de cannabis a dejar su adicción, según ha evidenciado un estudio de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia) publicado en la revista «Addiction». 

Los investigadores han descubierto que cuatro sesiones de una hora de consejería por teléfono «ayudan al doble de adictos a esta sustancia que cuando se emplea una lista de espera para acceder al tratamiento».

De esta manera, los expertos explican que se puede controlar más el consumo de cannabis mediante la ayuda a través del otro lado del teléfono. En este sentido se manifiesta el miembro de este centro universitario y colaborador de este trabajo, el doctor Peter Gates, quien apunta que conocer la utilidad de esta estrategia «permitiría extenderla a zonas más remotas».

Además, los especialistas australianos consideran que este tipo de terapia sería «la opción preferida» de los consumidores que desean conservar el anonimato. Y es que, para el profesor de Psiquiatría de la Escuela Geisel de Medicina de Dartmouth College (Estados Unidos), el doctor Budney, existiría un subgrupo de pacientes que se beneficiarían con la terapia telefónica tanto como con la psicoterapia en persona, «por lo menos en los casos más moderados». 

El equipo de investigación ha desarrollado este estudio con 160 pacientes que fueron analizados por los especialistas con la pretensión de modificar la conducta. Durante las sesiones, éstos animaron a los consumidores a dejar de fumar marihuana y a encontrar los factores que disparan su consumo. Tras tres meses de trabajo, el 39 por ciento de los consumidores redujeron a la mitad la inhalación, porcentaje que en el grupo de espera se fija en un 20 por ciento. 

Sin embargo, la investigación no ha proseguido y no se tienen más datos pasados los 90 días de terapia telefónica. No obstante, las evidencias alcanzadas son suficientes para el doctor Budney, que concluye que en el futuro, la terapia por Internet o teléfono «debería ser considerada un tratamiento de primera línea de la adicción a la marihuana junto con la psicoterapia en persona».

Fuente: Psiquiatria.com

Estudian si el consumo de cannabis en jovenes origina esquizofrenia


La Universitat de València ha iniciado un estudio para conocer la influencia del consumo de cannabis durante la adolescencia sobre el desarrollo de la esquizofrenia gracias a la financiación recibida de la Fundación Alicia Koplowitz.
Según ha informado la Universitat de València, el departamento de Biología Celular ha conseguido una ayuda de 50.000 euros en la convocatoria actual dedicada a la investigación en psiquiatría de la infancia y la adolescencia.
Esta aportación económica hará posible "el análisis de un tratamiento experimental mediante la administración de antagonistas de receptores cannabinoides, que limitarían los efectos de la droga sobre las neuronas", según ha explica el director del proyecto, el investigador Juan Nácher.
La esquizofrenia es una enfermedad compleja en la que pueden influir tanto factores genéticos, como alteraciones del desarrollo del sistema nervioso y ambientes adversos durante el período adolescente.
Diferentes estudios han demostrado la existencia de una relación entre el uso de cannabis durante la adolescencia y la juventud y el riesgo de desarrollar esquizofrenia.
El objetivo principal del proyecto es "evaluar los efectos de este consumo sobre la estructura y la función de la corteza cerebral, particularmente, sobre las neuronas inhibidoras", ha argumentado el profesor.
Para desarrollarlo, se empleará un modelo animal denominado de doble impacto de esta enfermedad psiquiátrica, que combina una perturbación del desarrollo del sistema nervioso y una intervención ambiental durante la adolescencia.
Nácher ha señalado que el modelo previsto reproduce algunos de los síntomas principales de la esquizofrenia y constituyen una herramienta válida para su estudio experimental.
La evaluación de los efectos del consumo de cannabis se desarrollará mediante el tratamiento durante la pubertad del animal con THC (tetrahidrocannabinol), la principal sustancia psicoactiva del cannabis.
"Cuando los animales alcancen la vida adulta serán sometidos a diferentes pruebas de comportamiento y se evaluará la estructura de las redes neuronales inhibitorias y la expresión de moléculas relacionadas con su funcionamiento", ha indicado el investigador.
Tras la fase experimental, este estudio, que se llevará a cabo en dos años, pretende acercarse al impacto real que puede tener el consumo de cannabis sobre el cerebro de los adolescentes, como también, si este exacerba los efectos adversos que se producen en el modelo de esquizofrenia.
Fuente: ABC.es

miércoles, 27 de junio de 2012

Confundidos por la marihuana


lunes, 4 de junio de 2012

Uso terapéutico o desencadenante de psicosis

Vitoria, b. díez- comenta en el periodico Noticias de Alava:

La marihuana es defendida y atacada por consumidores y médicos, pero su consumo se mantiene, sobre todo, entre los jóvenes.
El cannabis cuenta con adeptos y detractores a partes iguales. Sus defensores lo ensalzan con la misma fuerza que sus enemigos tratan de alertar de sus inconvenientes. Incluso, a nivel legal se vislumbra una doble moral: está permitido su consumo en lugares privados, pero prohibido en espacios públicos; su cultivo para uso propio es lícito, pero se multa y se le incautan los cogollos y las chinas de hachís a un individuo que transite por la calle, por muy pequeña que sea la cantidad que lleva encima.
Pero el debate de envergadura surge cuando se plantean los beneficios y daños que para la salud reporta. Los dos bandos se muestran por el momento irreconciliables. La controversia desaparece y ambos van de la mano cuando se habla de menores, a quienes al unísono regalan un consejo de consumo cero. Se da por asumido que un joven está mucho más expuesto a los peligros de los tóxicos que un adulto por el diferente grado de maduración de sus cerebros.
El uso terapéutico del cannabis parece haber quedado fuera de toda duda, pero algunos van más allá y amplían ese efecto positivo a los porros. A los expertos médicos no les cuadra el axioma y concluyen que un cigarro nunca es saludable. Sin embargo, hay otras formas de consumir cannabis y cada vez está más extendida la utilización de vaporizadores y pipas especiales o el consumo en infusiones o postres, donde se elimina la ingente cantidad de sustancias perjudiciales que contiene el tabaco. El uso médico de la planta no persigue el colocón, sino mitigar ciertas dolencias. Con todo, el grueso de los usuarios que lo ingieren sigue siendo el de quienes buscan sus efectos con fines recreativos.
Los investigadores médicos en esta materia concluyen mayoritariamente que el cannabis es una de las causas determinantes, no la única, de la aparición de la psicosis, una enfermedad mental catalogada como grave. El cerebro se ve afectado por los principios activos de esta planta que con el paso del tiempo ha sido manipulada genéticamente hasta lograr una gran concentración de su principal compuesto químico, el tetrahidrocannabinol (THC).
En personas proclives a padecer psicosis por tener antecedentes familiares, por haberse observado en ellas indicios de autismo y alteraciones en las relaciones sociales en la infancia, de fracaso escolar o de otras alteraciones tempranas en la conducta, el cannabis es un factor precipitante de la enfermedad. Así lo estima Edorta Elizagarate, jefe de la Unidad de Psicosis Reactiva del Hospital Universitario Araba (HUA), quien añade que "el 8% de los que padecen esquizofrenia -una clase de psicosis- no la habría desarrollado si no hubiera consumido cannabis a lo largo de su vida. Se puede decir que no es causa necesaria o suficiente, sino un factor más de una constelación de causas".
Por su parte, la jefa de la Unidad de Investigación del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Araba, Ana González-Pinto, ha realizado estudios, reconocidos a nivel internacional, para determinar la relación entre el cannabis y las enfermedades mentales. En uno de esos trabajos, desarrollado a lo largo de nueve años y premiado a finales de 2010 por la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, concluía que los daños en el cerebro del cannabis no eran irreparables, lo que supuso un alivio para muchos. Sin embargo, González-Pinto matiza que "los efectos nocivos en consumos muy prolongados, que se extienden a lo largo de más de seis años, pueden no ser reversibles". "Además -añade-, su poder adictivo psicológico es muy, muy grande y potencia la dependencia de otras drogas, como el éxtasis, por ejemplo".

Fuente: Noticias de Alava

sábado, 2 de junio de 2012

Ocultamiento y banalización

En el articulo comentan el informe reciente de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) reveló que el abuso de alcohol entre jóvenes de 13 a 17 se duplicó en la última década. Y que entre las mujeres la cifra es más alarmante: ahora se triplicó y ya casi alcanza el nivel de los varones...

...De la cerveza nadie habla como gran inductora de adicciones juveniles. En los medios silenzio stampa, a lo sumo se indica el genérico “alcohol” como sustancia. ¿Por qué? Por la pauta de las cerveceras, el gran negocio que se mueve detrás de ellas, multimillonario en dólares que explícitamente impide hablar y, aun peor, asocia la cerveza a la diversión, el sexo exitoso, el rock and roll.
Lo mismo sucede, en otra escala comercial, con los que sin tener la más mínima idea de lo que significa en términos de problemática comunitaria juvenil el consumo de marihuana promueven su banalización bajo eslóganes discutibles, confundiendo gravemente la esfera personal (libre de toda libertad) y la social (impersonal y sujeta a controles y reglas estrictas, mejor muy estrictas).....

Podeis leer el articulo completo en el link Perfil.com | Edición Impresa | Adicciones: ocultamiento y banalización