Las
Piperacinas son fármacos que se utilizan en veterinaria y que no están indicados para humanos. Tienen una
estructura química similar al MDMA por lo que sus efectos clínicos psicoactivos
son superponibles, la 1-benzilpiperacina (BZP) es el principal compuesto de
esta sustancia seguido de la trifluorometilfenilpiperacina (TFMPP) o la 1-3
clorofenilpiperacina (mCPP).
Popularmente
pueden encontrarse en internet con el nombre de BZP, TFMPP (Molly), CPP, EMOP, “party
pills”, A2, Némesis o Legal X, (cápsulas, polvo, o pastillas).
A
finales de los años 70 se inicio un ensayo clínico para estudiar su utilidad
como antidepresivo, pero al detectarse efectos secundarios similares al de las
anfetaminas se abandona el estudio y se incluye en el listado de sustancias
controladas en USA y Australia, aunque en Hungría llegaron a comercializarlo
como antidepresivo (la piberalina, precursor del BZP) se retiró del mercado farmacéutico.
Los
efectos adversos que producen las piperacinas tras su uso recreativo son la
ansiedad, agitación, palpitaciones, vómitos y confusión mental, pudiendo
persistir mas de 24 horas después de su ingesta. También pueden provocar efectos
clínicos graves como acidosis metabólica, hiponatremia, fallo multiorgánico y síndrome
serotoninérgico, aunque lo más frecuente son las convulsiones que pueden
aparecer en algunos de los casos.
Cuando
se mezclan las BZP con alcohol, aumenta la magnitud de la confusión mental y la
agitación, de todas formas existe una gran variabilidad individual en cuanto a
niveles plasmáticos y efectos a causa de factores de tipo metabólico,
poliformismos genéticos y uso concomitante con otras drogas de diseño en
especial con el MDMA o medicación habitual que pueda tomar el sujeto.
Las
piperacinas se incluían dentro de sustancias conocidas como “Legal Highs” y su
comercio era legal hasta que en el Reino Unido se detectaron varias muertes por
su consumo.
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