Si hacemos un ligero repaso a la historia del
alcohol se remonta al principio de las civilizaciones. En un principio el
alcohol que se consumía era el resultado de etanol producido por la
fermentación por lo que sus concentraciones eran bajas (hasta unos 12 grados).
Pero los árabes en la edad media introdujeron la técnica de la destilación que
les permitió producir bebidas de concentración de alcohol más elevadas. Se
considera que los primeros problemas sanitarios y sociales graves relacionados
con el consumo del alcohol se iniciaron en el s. XVIII en Inglaterra.
En España al ser una droga que está
legalizada su consumo está mucho más extendido, el 5,3% de la población general
presenta un consumo de riesgo equivalente a 4 copas de vino o cerveza/día en
hombres y 2 en mujeres. Además se está dando un cambio de patrones que puede
afectar gravemente su perfil farmacológico.
El alcohol es consumido por vía oral (excepto
en pocos casos que es inhalado),en forma de diversas bebidas de graduaciones y
propiedades organolépticas (derivadas del gusto y el olor) muy diferentes, las
cuales potencian su consumo. Se absorbe principalmente en el estomago y el
intestino delgado por donde pasa a la sangre. Un 90% se elimina por el hígado, el
restante 10% por la orina, el sudor y la respiración. Sus efectos pueden tardar
6 horas en desaparecer. La velocidad media de eliminación del etanol es de 0.15
gramos por hora y litro de sangre. A nivel físico afecta principalmente al
hígado, páncreas y el estomago. Hay muchos factores que influyen en su
absorción, como pueden ser la presencia de alimento en el estómago que la
retrasa. Beber en ayunas tiene un efecto conductual mayor y mas rápido. Otros
factores como el consumo de tabaco puede disminuir el transito del alcohol del
estómago al intestino, reduciendo la concentración plasmática de etanol. Después
del consumo del etanol, las concentraciones plasmáticas máximas se pueden
conseguir entre treinta y noventa minutos más tarde. El alcohol es liposoluble
y después de su absorción se distribuye rápidamente por todos los tejidos del
organismo (incluyendo la placenta) llegando al SNC rápidamente. Una vez se ha
absorbido el alcohol atraviesa también el hígado, donde se produce
principalmente su metabolización. Hay otros sistemas secundarios que ayudan a
la metabolización cuando las concentraciones de alcohol son muy elevadas, estos
sistemas contribuyen al desarrollo de la tolerancia metabólica al alcohol y
también de la tolerancia cruzada con
otras drogas (barbitúricos y benzodiacepinas) siendo responsable de muchas
interacciones medicamentosas del alcohol con fármacos que comparten el mismo
mecanismo de metabolización. La inducción de estas enzimas puede provocar hepatoxicidad.
El alcohol es un depresor del Sistema
Nervioso Central (SNC). Su efecto principal es que hace más lento el
funcionamiento del SNC, reduciendo el ritmo cardiaco, produciendo sensación de
relajación, reduce los reflejos, la velocidad de reacción y produce
somnolencia. Sus efectos pueden ir desde cierta euforia, risa fácil, sensación
de seguridad, exaltación de la amistad, ralentización de los reflejos y la
capacidad de reacción. Pasando por habla pastosa, visión doble, somnolencia,
relajación y sedación, descoordinación motriz y pesadez, mareos, nauseas y
vómitos. Hasta llegar a la pérdida de conciencia y los reflejos, estado de coma
y parada cardiorespiratoria.
Un consumo intenso puede llevar a un coma etílico o una depresión respiratoria y si la persona hace un vomito puede tener el riesgo de broncoaspiración
El consumo excesivo de bebidas alcohólicas
constituye un factor determinante de incidentes de violencia familiar y de
género, accidentes laborales y de circulación
El alcohol puede generar dependencia física y
psicología con deterioro mental. Tiene una alta tolerancia y su síndrome de
abstinencia es grave (Delirium Tremens).
El perfil conductual del alcohol es similar
al de las benzodiacepinas y de los barbitúricos que también facilitan la acción
del receptor GABAA por este motivo son drogas que presentan
tolerancia y dependencia cruzada entre ellos (los síntomas de abstinencia
producidos por la retirada de una de las drogas disminuyen con la
administración de otra de las drogas).
La facilitación que a nivel agudo hace el
alcohol sobre el receptor GABAA esta relacionado con sus propiedades
sedantes, ansiolíticas, relajantes musculares e hipnóticas.
Si se inicia el consumo de alcohol durante la
adolescencia, al llegar a la vida adulta se tiene mayor posibilidad de sufrir
las consecuencias de un consumo excesivo y el riesgo de desarrollar alcoholismo
o dependencia del alcohol.
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