ASPECTOS HISTÓRICOSLos chinos, como consta en su materia médica, tenían abundantes conocimientos sobre diferentes plantas y sus efectos, entre ellas el té y la efedra que poseen ambas propiedades estimulantes. La efedrina, alcaloide de la efedra precursor de la anfetamina, fue descubierto por ellos a principios de siglo XX y en 1926 sintetizaron por primera vez la anfetamina.
Las anfetaminas son sucedáneos sintéticos de la «ephedra vulgaris», conífera que fue utilizada durante milenios por los herbolarios chinos como antiasmático.
La producción y comercialización de la primera anfetamina comienza en EE.UU. hacia 1930; la bencedrina, apareció en el mercado en forma de inhaladores para combatir la rinitis y las congestiones nasales, tras este uso apareció en forma de píldoras contra el mareo y la obesidad y más tarde como antidepresivo.
Tras la bencedrina apareció la dexanfetamina o dexedrina y en 1938 la metanfetamina.
Estas sustancias fueron recibidas con un gran optimismo por sus efectos inductores de la vigilia ,y por el incremento que su uso supone de la atención y resistencia a la fatiga, razón por la que fue utilizada en la Guerra Civil española y en la Segunda Guerra Mundial por ambos bandos contendientes, siendo especialmente llamativo el uso que de la metanfetamina hicieron los japoneses, cuyos pilotos KamiKazes volaban bajo los efectos de altas dosis de esta droga.
Fuera de los usos militares podemos señalar que la anfetamina supuso el primer caso de doping de la historia, pues diversos ciclistas la utilizaban para aumentar su rendimiento, como en el caso de T. Simpson, ciclista inglés que murió al realizar una escalada bajo los efectos de este fármaco.
Debido a su prestigio, esta droga comenzó a utilizarse a partir de 1945 en clínica por vía endovenosa como tratamiento para la depresión y la histeria mediante el llamado shock anfetamínico, y ya por esta época había ciertos indicios que hacían pensar que la anfetamina empleada en dosis altas producía lesiones neurales irreversibles, dato que fue posteriormente comprobado empíricamente.
En 1964 mediante la Drugs Act de ese mismo año se producen restricciones a la libre dispensación de esta droga y de ésta combinada con barbitúricos, so pena de prisión a perpetuidad para los traficantes, siguiendo esta misma línea los países occidentales salvo España, lugar al que acudían de diversas partes de Europa a surtirse de este fármaco, hasta el punto de que a la anfetamina se le llegó a llamar «droga española».
La consecuencia más inmediata de las medidas restrictivas adoptadas por EE.UU., fue la aparición de un nuevo tipo de junkie (yonki), el speed junkie.
CARACTERÍSTICAS DE LA SUSTANCIA
- MECANISMO DE ACTUACIÓN NEUROLÓGICO:
La anfetamina es un estimulante de acción simpaticomimética que actúa a nivel del Sistema Nervioso Central facilitando la liberación de dopamina y noradrenalina y bloqueando la recaptación de estas sustancias neurotransmisoras ya liberadas.
- EFECTOS OBJETIVOS:
Las anfetaminas producen incremento de la presión arterial y a grandes dosis puede aparecer taquicardia paroxística, fibrilación auricular e incluso ventricular a nivel del sistema cardiovascular; en el sistema digestivo, ocasionan náuseas, vómitos, calambres abdominales, diarrea, estreñimiento, sequedad de boca, y anorexia; en el sistema respiratorio puede producir insuficiencia respiratoria y cianosis y por último a nivel metabólico-endocrino pueden producir alteraciones en la libido y ginecomastia y dificultades en la micción debido a la contracción del esfínter vesical, en el sistema urinario.
- EFECTOS SUBJETIVOS:
Falta de sueño, estado de alerta y menor sensación de fatiga, mayor iniciativa, decremento de la sensación de hambre, aumento de la confianza en sí mismo y de las capacidades de atención y concentración así como euforia; también son frecuentes el temblor, dolor de cabeza, nerviosismo, hiperexcitabilidad, midriasis y visión borrosa.
En cuanto a la tolerancia de la anfetamina podemos decir que es muy grande aunque la sensación de control psíquico a grandes dosis de esta droga no evita el deterioro orgánico y neurológico.
En referencia a los síntomas que su suspensión brusca desencadena, al igual que la cocaína no produce el cuadro de síntomas conocidos como síndrome de abstinencia que se produce con los opiáceos, aunque sí se produce un estado de depresión de duración variable.
Fuente: Educación social
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