lunes, 26 de diciembre de 2011

Coca y cocaína


Por: GASTÓN CORNEJO BASCOPÉ Médico y exsenador del MAS. gastoncornejob@yahoo.es | 26/12/2011 |Ed. Imp.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, tuvo un importante encuentro con los inspectores de la Junta Internacional Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), Organización de las Naciones Unidas (ONU) que llegaron para evaluar el cumplimiento de los compromisos asumidos en la lucha contra el narcotráfico. El Mandatario les solicitó apoyo en la despenalización del inocente "akulliku" para  "reparar un daño histórico", pero la prensa informó que algunos miembros de esa comisión fueron reacios a este pedido. 

Qué boliviano no ha tenido la experiencia de “acullicar” en situaciones especiales. El suscrito lo hizo a pedido paterno, hojas de coca combinadas con azúcar, siendo muy pequeño y congelado bajo el hielo de la nevada en la cumbre de Caluyo, montado sobre un nervioso caballo alazán; o sufriendo el Mal de Altura, en el viaje a Independencia en mi postulación política, o al pasar Tambo Quemado de retorno de Isla Negra por el norte grande, abrumado por una intensa cefalea, angustia y dificultad respiratoria recurrí a la bendita hoja de los Incas; o bien, como remedio de urgencia en ocasiones de dolor cólico abdominal, angustiado bebí un mate de coca para lograr la milagrosa curación. Eso no es lo principal, lo grave es la adicción de seres humanos al alcaloide derivado, la cocaína; según la ONU, los cultivos de coca han aumentado en Bolivia de 25.400 a 31.000 hectáreas desde el año 2006. 

El presidente Evo Morales afirmó que esta institución debería colaborar para liquidar la producción de la droga, por que en las últimas semanas descubrió plantaciones de coca en las serranías del Parque Carrasco. Otras expresiones felices que aplaudimos fueron las siguientes: “Debemos limitar la concesión de mayores catos, tenemos personal que está vigilando las zonas de Chimoré y Yapacaní donde se estaría produciendo droga. -Se debería limitar las áreas de producción de la hoja de coca, controlar las zonas de los posibles productores de la droga, evitar la comercialización sin control, vigilar las fronteras para evitar el ingreso de los insumos, mayor autoridad, energía y honestidad. -Las drogas dañan a nuestra juventud, y la del mundo entero, y por ello nosotros no permitiremos que este mal siga avanzando”.

Durante mi participación parlamentaria en el H. Senado defendí un proyecto de ley que reconocía a la hoja de coca como un patrimonio nacional por su tradición milenaria y la posibilidad de industrialización benéfica en el campo nutritivo aunque condicionado a una exhaustiva investigación científica sobre los posibles efectos de maleficio al convertirse en cocaína productora de muerte de tejido nervioso sin posibilidad de regeneración tisular. 

Convenimos con el presidente de que es necesaria una mayor autoridad, energía y honestidad, limitar las áreas o catos a los colonizadores, regular la siembra de la coca y por ende, la producción de cocaína mediante el acopio estatal de toda la semilla, luego otorgar a los cocaleros para que no avasallen territorio en los parques naturales, sin dejar de reducir la superficie sembrada de coca. Además, sugiero investigar la riqueza acumulada por estos productores y el consiguiente lavado de dinero, aplicando la Ley Marcelo Quiroga; finalmente, decretar una fuerte tributación, mayor que al alcohol y suntuarios. De todo ello saldrán los recursos para controlar el narcotráfico en frontera sin pedir helicópteros, porque “las drogas dañan a nuestra juventud y a la del mundo entero, por ello, no permitiremos que este mal siga avanzando”.

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