sábado, 23 de noviembre de 2013

«Los hijos de padres dependientes del alcohol tienen hasta cuatro veces más riesgo de desarrollar dependencia alcohólica»,

Cada vez que bebes, te vuelves un poco más tonto. Este es el lema de la nueva campaña con el que la Fundación de Ayuda Contra la Drogadicción (FAD) intenta «colarse» en la conciencia de los jóvenes, con un guiño a la «estupidez» que supone el consumo de alcohol y con el fin de evitar que las cifras sigan subiendo. Según el último informe de esta Fundación, un 36,5% de los jóvenes entre 14 y 18 años reconoce haberse emborachado alguna vez en el último mes, un 10% más que en 2010.
Pero, ¿y si esto se pudiera prevenir con alguna estrategia efectiva? Motivos hay de sobra, y la evidencia científica ya está en camino. Se trata del estudio Hermes-Sport (por sus siglas en inglés), pionero en el mundo, cuyo principal objetivo es comprobar si el deporte es efectivo para la prevención de las adicciones a través del análisis de las características psicofisiológicas del joven.

El proyecto es una iniciativa del la Fundación para la Investigación Biomédica del Hospital Universitario 12 de Octubre, de Madrid, junto con investigadores de la Universidad Camilo José Cela y la Federación de ex alcohólicos de la Comunidad de Madrid (Facoma).

«Los hijos de padres dependientes del alcohol tienen hasta cuatro veces más riesgo de desarrollar dependencia alcohólica», afirma Gabriel Rubio, jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital 12 de Octubre, de Madrid. «Sabemos que la herencia es un factor fundamental en el desarrollo de adicciones -prosigue-, pero se trata de una herencia poligénica, por lo que resulta muy complicado extraer conclusiones genéricas y válidas con la evidencia de la que disponemos hoy por hoy».

«Además, tradicionalmente se han recomendado las actividades deportivas como una estrategia preventiva del alcoholismo juvenil, pero más por los valores culturales implícitos en el deporte que por la constatación de que dicha actividad pueda beneficiar psicológicamente al joven», afirma Rubio. «De hecho, la mayor parte de las encuestas realizadas en adolescentes no confirman que quienes realizan actividades deportivas eviten las conductas de consumo de alcohol y otras drogas», prosigue.

Por eso han decidido ir más allá y establecer un ámbito de actuación acotado a una serie de parámetros. «El primer estudio en el que estamos trabajando es determinar si en los hijos de dependientes del alcohol existen dos marcadores de vulnerabilidad que detectamos mediante técnicas de electroencefalografía: el primero es la presencia de dificultades atencionales (esto se ha evidenciado por la presencia de alteraciones en la denominada onda P300 que está alterada en estos muchachos); el segundo es la presencia de una onda positiva tardía (LPP), que aparece a los 400 milisegundo de estar viendo una imagen con relevante carga emocional, y esto no ha sido demostrado hasta ahora en hijos de dependientes».

Fuente: ABC

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