Esos resultados surgen de unos 2.000 pacientes tratados en varios centros de Estados Unidos con bypass o banda gástrica y que respondieron cuestionarios sobre el consumo de alcohol antes y después de la cirugía, y uno y/o dos años más tarde.
Luego, el equipo clasificó el consumo de alcohol según una escala de la Organización Mundial de la Salud.
Antes de la cirugía, el 7,6 por ciento de los pacientes tenía problemas con el alcohol. Al año, la cantidad no había variado demasiado, pero a los dos años había aumentado al 9,6 por ciento.
Más de la mitad de los 167 pacientes que abusaban del alcohol después de la cirugía no lo habían hecho antes. Los problemas fueron más comunes en los pacientes con un bypass gástrico y en los hombres más jóvenes.
Para King, no hay motivo para pensar que estas cirugías reemplazarían una adicción por otra. "Esta idea de la transferencia de adicciones es habitual en los medios de comunicación, pero no hay pruebas empíricas que la respalden", dijo a Reuters Health.
King mencionó que comer compulsivamente antes de la cirugía no estuvo asociado con los problemas posquirúrgicos con el alcohol.
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FUENTE: Journal of the American Medical Association, online 18 de junio del 2012
Reuters Health
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