Los propietarios de «coffee shops» de la ciudad
holandesa de Maastricht han decidido protestar activamente contra la
prohibición de la venta de marihuana y hachís a los no residentes en Holanda. O bien han seguido abriendo sus puertas con
normalidad a todo tipo de clientes o bien han cerrado completamente las
puertas, para llevar el comercio de la droga a la calle. Hasta el alcalde de la ciudad, Onno Hoes, del VVD, el partido del primer ministro Mark Rutte, ha
pedido que la ley sea anulada.
Sea
porque era la fiesta del Primero de Mayo o porque todavía no tienen
instrucciones cocnretas, el hecho es que la
policía holandesa no intervino en ningún momento a pesar de que había
«coffee shops» que animaban abiertamente a entrar a los consumidores de
cannabis venidos de otros países.
Los
dueños de este tipo de establecimiento se quejan de que las restricciones que
les impone la nueva ley provocarán que el comercio se traslade a la calle,
puesto que dan por hecho que seguirán llegando
clientes desde Bélgica y Alemania buscando marihuana, que hasta ahora
era de venta libre en Holanda y a partir de hoy solamente para holandeses o
residentes en el país. Los dueños de los «coffee shops» creen que habrá jóvenes
holandeses que se dedicarán a vender en la calle lo que a partir de ahora solo
ellos pueden comprar en las tiendas, lo que según el alcalde «nos creará un
problema que no teníamos».
La
ley se aplica primero en Maastricht, prácticamente la única localidad del sur
de Holanda donde hay «coffee shops» y se espera que entrará en vigor en
Ámsterdam dentro de un año. Es posible que las autoridades comprueben los
resultados de la medida durante este tiempo.
El Gobierno insiste en la prohibición
Por
lo que respecta a Maastricht, ha habido pequeñas
manifestaciones de protesta, sobre todo de clientes belgas que se
quejaban de lo que consideran una discriminación por parte de las autoridades
holandesas. El Gobierno holandés, sin embargo, está decidido a acabar con esta
práctica que se consideró en su día como un símbolo de tolerancia y espejo de
la identidad holandesa.
Una gran parte de los «coffee shops» se han
negado a aplicar la
normativa que hoy entra en vigor en el sur de Holanda, que les obliga a impedir el paso de los extranjeros y
holandeses no residentes con el objetivo de evitar el turismo centrado en el
consumo de cannabis.
Fuente: ABC.es
Fuente: ABC.es
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