jueves, 1 de diciembre de 2011

Un estudio con 398 jóvenes analiza la personalidad de los adolescentes que consumen drogas.


Resumen

Un nuevo estudio español publicado en 'Psicothema' analiza como el consumo de psicoestimulantes entre los adolescentes afecta a su personalidad. "Nuestro objetivo era conocer si existen diferencias entre los consumidores y los que no lo son. Hay rasgos de personalidad, como la rebelde y la impulsiva que pueden determinar no sólo el inicio en el consumo, sino que son un factor de riesgo para desarrollar problemas posteriores de abuso. Máxime si tenemos en cuenta factores sociales como el elevado uso de cocaína en nuestro país y la alta disponibilidad de la droga", reconoce a Elisardo Becoña, de la Universidad de Santiago de Compostela y autor principal de la investigación.

En su estudio han participado 398 adolescentes con una media de edad de 16 años, residentes en Santiago de Compostela, Coruña, Ferrol, Pontevedra, Orense y Vigo. De toda la muestra, un 49% había consumido cocaína y/o éxtasis alguna vez en la vida. Tanto a los que habían tomado drogas como a los que no se les realizaron una serie de cuestionarios para 'dibujar' su personalidad.

Los resultados revelan que los jóvenes que consumen tienden a "tener una "personalidad histriónica, ruda, rebelde, oposicionista y tendencia límite (este último rasgo sólo se da en los que toman cocaína). En cambio los que no las consumen puntúan significativamente más alto en los prototipos de personalidad sumiso y conformista". No sólo, los que toman psicoestimulantes tienen una tendencia mayor a padecer problemas familiares, inestabilidad social o haber sufrido abusos en la infancia.

Para los autores de la investigación, "los jóvenes consumidores tienen características de personalidad distintas a los no usuarios que podrían influir en un uso perjudicial de sustancias. Se suelen relacionar de forma más agresiva con los demás, máxime cuando no consiguen lo que quieren... Por todo ello tienen más problemas con los padres y se muestran indiferentes ante las necesidades de quienes les rodean".

Este especialista apunta que estos "rasgos son un reflejo parcial de lo que el adolescente va a ser de mayor, no obstante las variables familiares (unos padres vigilantes), sociales y escolares puedan ayudar a modular esta forma futura de ser". Por eso, insiste, es importante realizar "una detección precoz dentro de los hogares y en las escuelas y acudir a un especialista en el momento que detecten problemas serios de comportamiento o fracaso escolar".

Asimismo, sus hallazgos tienen importantes implicaciones de cara a la prevención de consumo de drogas "ya que la detección en la adolescencia de determinados perfiles de personalidad podría influir en el diseño de programas preventivos específicos dirigidos a reducir la probabilidad de que en el futuro estos jóvenes tengan problemas relacionados con el uso de sustancias, así como otro tipo de conductas perjudiciales", aclaran los autores.

María Carolina Gil*, María Cecilia Schillagi*, Sandra Anabel Squadrito* y Eduardo Escalante Gómez** Poder Judicial de la Provincia de Mendoza, Argentina. Universidad del Aconcagua, Argentina. Acceso gratuito al texto completo.

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